Job 23

Octavo discurso de Job

1A esto respondió Job:

2«Mi queja sigue siendo amarga;
gimo bajo el peso de su mano.
su mano (LXX y Siríaca); mi mano (TM).

3¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios!
¡Si pudiera llegar adonde él habita!
4Ante él expondría mi caso;
llenaría mi boca de argumentos.
5Podría conocer su respuesta,
y trataría de entenderla.
6¿Disputaría él conmigo con todo su poder?
¡Claro que no! ¡Ni me acusaría!
7Ante él cualquier hombre intachable podría presentar su caso,
y yo sería absuelto para siempre delante de mi Juez.

8»Si me dirijo hacia el este, no está allí;
si me encamino al oeste, no lo encuentro.
9Si está ocupado en el norte, no lo veo;
si se vuelve al sur, no alcanzo a percibirlo.
10Él, en cambio, conoce mis caminos;
si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
11En sus sendas he afirmado mis pies;
he seguido su camino sin desviarme.
12No me he apartado de los mandamientos de sus labios;
valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.

13»Pero él es soberano;
pero él es soberano. Lit. y él, en uno.

¿quién puede hacerlo desistir?
Lo que él quiere hacer, lo hace.
14Hará conmigo lo que ha determinado;
todo lo que tiene pensado lo realizará.
15Por eso me espanto en su presencia;
si pienso en todo esto, me lleno de temor.
16Dios ha hecho que mi corazón desmaye;
me tiene aterrado el Todopoderoso.
17Con todo, no logran acallarme las tinieblas
ni la densa oscuridad que cubre mi rostro.
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